viernes, 29 de junio de 2012

En ese preciso momento empezaba una historia, o terminaba, o cambiaba. Siete de la mañana, un vagón que corría al lado del sol a la espera de alcanzarlo antes de que se despertara. El cielo miraba, rosa, rojo, amarillo, vida, amanecer, viento. Suspiros. No importa de dónde venía, a donde iba, se respiraba un nuevo día. Cerré los ojos, sentí la mañana. Era yo, el vagón, el momento, y una canción que viaja atravesando cualquier tiempo…“Quiero verte la cara…” Cualquier escusa de pasado, de futuro se borro. Cualquier resto de sentimientos estancado, vibro. Un terremoto interior, un hoy, un cambio, un suspiro, un vagón dentro de una canción que libera toda la alegría, Eiti Leda y Sol. El presente y yo.