“Sientes miedo, miedo a ser real
A enfrentarte a la realidad
Mucho miedo es un mal final
De tu vida, de tu libertad.”
-El canto del loco-
Alturas. Arañas. Oscuridad. Víboras. Bichos. Bosques. Monstruos. Cuentos de terror. Asesinos. Armas. Ladrones. Compromisos. Responsabilidades. Muerte. Perros. Gatos. Pesadillas. Agua.
Miedos comunes, todos tenemos algo que nos asusta, sentimos esos escalofríos, el corazón que palpita a mas no poder, y nos bloqueamos.
El miedo es un sentimiento que hace que el cuerpo tiemble, que estemos mas alerta de lo normal. Es un arma, es el arma que nos paraliza psicológicamente, muchas personas usan el miedo para controlar a otras, para obligarlos o someterlos, para mantenerse en los parámetros que a ellos les convienen. Toda persona se vuelve frágil en presencia de algo que le causa miedo y hasta se tiene miedo de sentir esa fragilidad que nos puede lastimar y nos hace vulnerables.
Pero… ¿Que hay cuando esos miedos son superados? ¿Cuando deja de importar si de alguna manera nos vamos a dañar y por un impulso cruzamos nuestros temores? Adrenalina. Hablo de superarnos, de llegar más allá de lo que teníamos previsto.
Seguir un impulso, superar eso que nos trababa y seguir de largo. Vencer alturas. Tirarte al agua. Acariciar a un perro. Caminar en el medio de la noche en un lugar oscuro. Decir “Basta” a una persona. Se siente esa libertad, esa manera de sentirse vivo, de respirar rápido por euforia y no por trabarte ante algo.
Buscar esa manera, ese sentimiento que sea mas grande que el miedo, el deseo de llegar mas lejos, sentirte valiente, o el enojo con vos mismo.
Los miedos son un arma que se pueden usar a nuestro favor sabiendo controlar nuestras debilidades, ganándoles con algo mas fuerte, las ganas de crecer y avanzar.
Miedos comunes, todos tenemos algo que nos asusta, sentimos esos escalofríos, el corazón que palpita a mas no poder, y nos bloqueamos.
El miedo es un sentimiento que hace que el cuerpo tiemble, que estemos mas alerta de lo normal. Es un arma, es el arma que nos paraliza psicológicamente, muchas personas usan el miedo para controlar a otras, para obligarlos o someterlos, para mantenerse en los parámetros que a ellos les convienen. Toda persona se vuelve frágil en presencia de algo que le causa miedo y hasta se tiene miedo de sentir esa fragilidad que nos puede lastimar y nos hace vulnerables.
Pero… ¿Que hay cuando esos miedos son superados? ¿Cuando deja de importar si de alguna manera nos vamos a dañar y por un impulso cruzamos nuestros temores? Adrenalina. Hablo de superarnos, de llegar más allá de lo que teníamos previsto.
Seguir un impulso, superar eso que nos trababa y seguir de largo. Vencer alturas. Tirarte al agua. Acariciar a un perro. Caminar en el medio de la noche en un lugar oscuro. Decir “Basta” a una persona. Se siente esa libertad, esa manera de sentirse vivo, de respirar rápido por euforia y no por trabarte ante algo.
Buscar esa manera, ese sentimiento que sea mas grande que el miedo, el deseo de llegar mas lejos, sentirte valiente, o el enojo con vos mismo.
Los miedos son un arma que se pueden usar a nuestro favor sabiendo controlar nuestras debilidades, ganándoles con algo mas fuerte, las ganas de crecer y avanzar.