. Besos sobrevaluados. Oferta y demanda.

Esa tarde, como tantas otras, íbamos caminando para el lado de Flores, hablando de dibujos, de nervios, de segundas oportunidades no concedidas, de guiones de novelas en personas comunes, de títeres y amigos imaginarios, de nuestros miedos, de nuestras promesas incumplidas, de amores, de casi amores, hablamos del pasado, del presente, del futuro. Pasamos negocio tras negocio, solo dándole importancia a lo que valía la pena.
Haciendo análisis, ella me dijo que mis besos estaban sobrevaluados, y los de ella cada tanto estaban en periodo de rebaja, risas y comentarios, anécdotas alcoholizados y recuerdos en vano. Pero la verdad, es que es tan grande la oferta y la demanda de besos y sentimientos, que a veces pierden su valor, cada uno pone el precio que quiere a cambio de pasar un rato con una persona, de esa manera, por una boca pueden pasar personas y personas, si encontrar aquella que “te mueva algo”, probando diferentes sabores, diferentes simpatías y sensaciones, pero todo esto es solo una manera mas de divertirse, de pasar el rato, regalar besos a cambio de un buen momento, acabar con la soledad, sentirte linda, elevar un poco el autoestima.
Por mi parte, como me suele decir Ceci, mis besos tiene otro precio, no porque crea que valgan mas que otros, mas bien es porque no encuentro el sentido de dar besos sin el mínimo sentimiento, solo por hacerlo, no pido que con una mirada nazca un amor, ni poder escribir una novela pasional con un beso desconocido, pero por lo menos que me robe una sonrisa de verdad y no de compromiso, como las que una pone cuando le dicen palabras que solo sirven para que entren por un oído y salgan por el otro.
La oferta y demanda, uno pide, el otro da, es un juego tan sencillo, que para mi pierde el sentido y no tiene estrategia, es loco, que solo este hablando de besos, como si fuera un producto mas en la góndola de galletitas. Pero nunca fui buena en contabilidad, solo se que cada uno hace lo que quiere, puede que yo siga con mi propio negocio, sin molestar a nadie, con mis besos sobrevaluados a cambio de una sonrisa sincera.